6 paradas increíbles en una ruta por el sur de Francia

✍️ Tomás García ⎮ Viajero crónico

La cercanía de algunos lugares provoca que muchas veces aplacemos su visita, sin embargo, sería un gran error dejar de lado los enormes tesoros que guarda el Sur de Francia, una zona plagada de historia y belleza.

Ruinas romanas, fabulosos parajes naturales o una gran dosis cultural, es muy larga la lista de lugares que ver en el sur de Francia, pero una ruta de varios días por la región te descubrirá algunas de las grandes joyas del continente.

6 paradas increíbles en una ruta por el sur de Francia

NIMES

La primera parada nos lleva hasta una de las ciudades más sorprendentes de la región, la romana Nimes.

Su anfiteatro romano es uno de los mejor conservados de Europa y tanto su exterior como su interior, donde pueden verse conciertos o otros espectáculos, dejan sin palabras.

La Maison Carrée y el Museo de la Romanidad son otros de sus elementos más destacados, así como su animado ambiente, que conquista los aledaños de la Avenida Víctor Hugo y el centro histórico con bares, restaurantes y tiendas para todos los gustos.

Además, Nimes está muy bien conectada con España, con varios trenes que llegan hasta el mismísimo centro de la ciudad.

AVIGNON

A poca distancia de la anterior, Avignon es una de las paradas más interesantes en el sur de Francia.

Su historia va estrechamente ligada a la de Roma y los Papas, no en vano, aquí podemos visitar el descomunal Palacio Papal, una construcción imponente.

Durante el periodo conocido como el Papado de Avignon que tuvo lugar en el siglo XIV, establecieron aquí su residencia hasta siete Papas. De ahí el inmenso legado en la ciudad.

Más allá del enorme palacio, no puedes perderte el famoso Puente de Avignon (Pont Saint-Bénézet), que antes cruzaba el río y del que se conserva una gran parte, pero que no llegas hasta la otra orilla.

Avignon es una ciudad turística, pero con mucho encanto e historia, ¡no te la puedes perder!

ARLES

De nuevo, la relación de Arles con el imperio romano es estrecha y en la ciudad se puede visitar otro interesante anfiteatro romano que data del siglo I D.C.

La ciudad se encuentra a orillas del Ródano, uno de los ríos más grandes del sur de Francia y puedes pasear junto a él o hacer una parada en la Plaza de la República, donde puedes tomarte un respiro en alguna de sus terrazas.

No te pierdas el Claustro de San Trófimo y los Criptopórticos, unas galerías subterráneas que te dejaran sin palabras.

No extraña que Arles fuese nombrada Patrimonio Mundial, es un pequeño tesoro que muchas veces pasa desapercibido, pero que no debería faltar en tu viaje por el sur de Francia.

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CARCASSONNE

Puede que esta sea la ciudad más famosa del sur de Francia y la escapada más popular entre los viajeros.

La ciudad de Carcassonne vista desde lejos es una delicia, con sus murallas, sus torres defensivas y un aspecto medieval que hace viajar en el tiempo.

Para en todos los miradores alrededores de la carretera antes de adentrarte en la ciudadela. Una vez allí, disfruta de una de las joyas que más brillan en la región, camina por sus calles empedradas y siéntete inexpugnable desde sus torres.

De nuevo estamos ante una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, por lo que su importancia puedes ver que es mayúscula.

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NARBONNE

Son muchos los viajeros que llegan a Narbonne con un objetivo: disfrutar de la gastronomía francesa en Les Grands Buffets. Y por supuesto, vale la pena la visita y engordarse un poco a base de buenos quesos, vinos exquisitos y todo tipo de productos locales.

Nada mejor para bajar el empacho que una visita a la encantadora ciudad de Narbonne, con la Catedral de San Justo y San Pastor o el Palacio de los Arzobispos o el Puente de los Mercaderes como grandes atractivos.

Los alrededores de Narbonne son también el lugar perfecto para planear una escapada por el Sur de Francia, ya que están rodeados de viñedos y bodegas donde empaparse de la cultura vinícola francesa.

ALBI

Conocida como la «ciudad roja» por el color de sus construcciones, la coqueta Albi es una parada obligada en cualquier viaje por el sur de Francia.

Su imagen junto al río Tarn, con el Puente Viejo uniendo ambas orillas de la ciudad, es una maravilla para la vista, mientras que su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

En su interior puedes visitar el Palacio Episcopal, la Catedral de Santa Cecilia o la colegiata de Saint-Salvy, las tres construcciones más representativas de Albi.

Ahora ya tienes las primeras paradas para tu ruta por el sur de Francia, un aperitivo perfecto para adentrarte en esta bellísima región que tan cerca tenemos de nuestras fronteras.