Persona mirando avión abandonado en Islandia

Abandona tu zona de confort ¡Viaja!

✍️ Yasser ⎮Código travel

El despertador de las 7, el café de primera hora, estafa y corrupción en la prensa matinal, aquellas caras inertes del metro, los empujones, el olor a humo de coches en un atasco interminable, los cláxones que no cesan… 

El Whatsapp de tu jefe pidiéndote el último informe, el incesante sonido del teléfono, las facturas, el gimnasio, la serie de Netflix, la indignación de tus amigos de Instagram que inundan tu muro por un vídeo que no te interesa… 

¿Te suena? 

Es tu rutina, o mejor dicho, la podemos llamar, tu maldita zona de confort

¿Tienes un blog de viajes y escribes en español desde cualquier parte del mundo?

Spain-travel-bloggers

Aquel estercolero mental donde tu cerebro y tu cuerpo se sienten resignados a vivir, un hastío permanente del que cada día tragas un amargor del que quizás ya hayas perdido hasta el mal regusto. 

Lo aceptas, convives con ello y te callas. Porque es lo que toca, porque es lo que hacen todos. 

¿Estás seguro? 

Desde tu minúsculo mundo crees que todo gira de la forma en la que tú lo haces porque todos los que están a tu alrededor también lo hacen, porque es como siempre te educaron a tí, y a tus hermanos/as, y a tu amigo, y a tu vecino… 

Persona mirando avión abandonado en Islandia

Te podría decir que todo esto tiene un culpable y ese eres tú

Sí, no te asombres, eres tú desde el momento que aceptaste morir en vida por aferrarte a lo seguro. Nos educan para un futuro seguro, que estudiemos una carrera con salida para tener un trabajo seguro. 

Todo es muy reconfortante: Tu casa, tu mujer, tus hijos, tu coche… ¿y luego? 

Pues repetir constantemente todo lo que te he citado arriba, durante el resto de tu vida, con 15 o 20 días de vacaciones al año, hasta que consigas jubilarte, para que, con suerte, puedas disfrutar si tu vejez te lo permite de la vida soñada. 

Entrada templo Ciudad de Petra

¿Esperar hasta los 65 años para poder disfrutar de la vida? ¿Eso es lo que realmente quieres? 

Si tu respuesta es no, yo vengo a darte una solución sencilla: VIAJA 

Y me dirás, no me has dicho nada nuevo. Te equivocas, si quieres cambiar las cosas que te ocurren tú debes ser el primero en cambiar. 

No te hablo de un viaje como turista, te hablo de un viaje como viajero

Abre los ojos, y disponte a tumbar de una patada esa cárcel invisible donde habita tu zona de confort, donde te sientes infelizmente tranquilo, sin nada malo que te ocurra, a salvo. 

La vida aguarda ahí fuera, la verdadera, pero esa está más allá de tus límites actuales

Empieza cuando acaban tus miedos. Tus miedos a conocer nuevos lugares, a hablar otros idiomas, a perderte con una mochila por un bosque, a dormir en casa de un extraño, a la posibilidad de que no te alcance el dinero… 

Abandona tus malditos prejuicios. El mundo es muchísimo más que el minúsculo día a día del que te rodeas. Sal ahí y viaja, piérdete, disfruta, no pongas una fecha de regreso, habla con gente que tenga pensamientos, costumbres y religiones completamente opuestas a las tuyas. 

Absorbe cada minuto como si fueras una esponja, como si llevases una maleta vacía y todo aquello fuesen los únicos recuerdos que podrás adquirir. 

Entenderás lo minúsculo que eres ante la inmensidad de lo que hay afuera, que muchas cosas no son como pensabas y que el tren no esperará por tí a que tomes una decisión sobre cómo y cuándo hacer ese viaje. 

Persona saltando sobre la arena en la costa de Islandia

El viaje, para el viajero es una llamada interior, una alarma que suena en lo más profundo del alma dispuesta a empujarte hacia la senda, sin importar el destino, sino lo que se va a descubrir. 

Si, porque un viaje también está lleno de heridas, pero sus cicatrices consiguen que no vuelvas siendo el mismo que partió. 

No resignes tu vida a lo que tienes, lucha por cambiarla en busca de tu felicidad, solamente tú podrás conseguirlo. 

Habrá muchos que te tachen de loco/a, de inmaduro/a, o de insensato/a. Ellos aún siguen pendientes de esa terrible y maldita zona de confort, donde se come sin hambre y los amores son cada vez más efímeros. 

Abandona tu zona de confort, disponte a enamorarte de la vida, a abrazarla con toda tu alma porque el día que consigas salir, ella lo hará también, y en aquel abrazo entenderás y descubrirás el verdadero sentido de cosas que jamás imaginaste. 

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