Los viajes: una forma de conectar con el mundo

✍️ Olga Riloba ⎮ My Life Time Journey

Desde pequeña, ya me fascinaba la idea de descubrir nuevos lugares y culturas. Soñaba con viajar a lugares lejanos, como la selva amazónica o ver las pirámides de Egipto. 

Con el paso del tiempo, comencé a viajar por el mundo y descubrí que la emoción de viajar es aún mayor cuando la vives en persona. 
Para mí, viajar es una experiencia que me enriquece en todos los sentidos. Me permite salir de mi rutina, conocer nuevas personas y culturas, y aprender cosas nuevas. Además, me ayuda a crecer como persona y a ser más tolerante y comprensiva. ¿La mejor parte? ¡Me siento libre y aventurera! 
Dicho esto, del viaje me gusta todo, y asimismo me interesan todo tipo de viajes: culturales, aventureros, de naturaleza, … y en realidad, creo que la mejor manera de viajar es combinando todos estos aspectos. 
A lo que me refiero es a que, a lo largo de mis recorridos, me he encontrado con personas que aman la aventura, con personas que se apasionan por la cultura y también con personas que buscan la paz y la tranquilidad en la naturaleza. 
Aunque existen muchas maneras de viajar, como puede ser en familia, con niños, con amigos, viaje organizado, de voluntariado, etc., en este artículo, me centraré en los diferentes enfoques de viaje que practico habitualmente y compartiré mis consejos para crear una experiencia enriquecedora. 
Además de eso, mi objetivo es también inspirarte para que te aventures a descubrir el maravilloso mundo que nos rodea. 

8 enfoques de viaje: ¿con cuál te identificas? 

1. Viajera en solitario 

Comienzo con la que es posiblemente mi manera favorita de viajar: viajar sola.  

Me encanta viajar por mi cuenta. Es una forma de conocerme mejor y de abrirme a nuevas experiencias. A lo largo de mis travesías en solitario, he tenido la oportunidad de visitar lugares impresionantes y conocer culturas fascinantes. 
 
Uno de los destinos que dejó una huella especial en mi corazón es Tokio. Esta vibrante ciudad ofrece una amplia gama de experiencias, desde las más tradicionales hasta las más modernas. 
 
En el transcurso de mi visita, tuve la oportunidad de sumergirme en la cultura japonesa de varias maneras: 
 
Exploré la cultura japonesa tradicional, así por ejemplo visité el Templo Senso-ji, el templo budista más antiguo de la ciudad. Este lugar sagrado me ofreció una experiencia tranquila y espiritual, donde aprendí sobre la historia y la cultura japonesa. 

Por otro lado, también pude sumergirme en la modernidad de Tokio. En la ciudad, el pasado y el presente se entrelazan de forma armoniosa. Me impresionaron los rascacielos modernos de Shinjuku, el vibrante distrito de Shibuya y las últimas tendencias de tecnología que pude presenciar. 

Mención especial merece la deliciosa comida japonesa que probé en Tokio. Desde el sashimi y el sushi hasta los exquisitos platos que encontré en los mercados locales, cada bocado fue una explosión de sabores únicos. Además, descubrí el té matcha, repleto de propiedades beneficiosas para el organismo. 
 
Durante mi estancia allí, también tuve la oportunidad de presenciar un espectáculo de kabuki, una forma tradicional de teatro japonés. Este colorido y energético espectáculo fue una experiencia fascinante que me sumergió aún más en la cultura japonesa. 
 
Para relajarme y conectar con la naturaleza, un paseo por el Parque Ueno fue la elección perfecta. Este amplio parque es uno de los más grandes de Tokio y te permite escapar un momento de la bulliciosa ciudad. 
 
Una de las experiencias más reveladoras en el tema cosmética de mi viaje a Tokio, fue la visita al lujoso distrito de Ginza. Allí, descubrí la amplia variedad de productos cosméticos japoneses, que destacan or su alta calidad y sus ingredientes naturales. Sin duda, Tokio en sí, es un paraíso para los amantes de la cosmética. 
 
Finalmente, el broche de oro de mi viaje a Tokio, fue subir al Tokyo Skytree.  Desde la cima de esta imponente torre, pude disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad que me dejaron sin aliento. 

En conclusión, mi viaje a Tokio como viajera en solitario fue una experiencia inolvidable. Tuve la oportunidad de explorar la cultura tradicional y la modernidad de la ciudad, y cada momento fue enriquecedor. 
Más allá de esto, la mejor manera de experimentar Tokio es simplemente perderse en sus calles y disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer. 

2. Viajera aventurera e intrépida. Emociones fuertes y experiencias únicas 

Mi amor por los viajes me ha llevado a vivir experiencias fuera de mi zona de confort. En realidad, me considero una persona precavida, incluso miedosa en ciertos aspectos, pero eso no me ha impedido explorar lugares remotos, participar en actividades extremas y sumergirme en la naturaleza salvaje. 
 
Las caminatas por montañas imponentes, el buceo en arrecifes de coral o los safaris en la selva son solo algunas de las aventuras que he buscado para desafiarme a mí misma, probar nuevas actividades y descubrir paisajes impresionantes. 
 
Cuando viajé a Bolivia, descubrí el ciclismo en estado puro, ¡una prueba de habilidad que me subió la adrenalina a tope y me llevó al límite de mi resistencia física y mental! Bajar por la «Carretera de la Muerte» (o el camino a Los Yungas) fue una experiencia inolvidable. 

Tal vez hayas escuchado que esta carretera está considerada como la más peligrosa del mundo, es una prueba de habilidad y adrenalina. El recorrido es de 64 kilómetros, comienza en La Cumbre, a 4.700 metros de altitud, y desciende hasta Coroico, a 1.200 metros. 
 
Me enseñó que soy capaz de superar cualquier reto que me proponga. Mirándolo en retrospectiva, estoy muy agradecida por la oportunidad de haber vivido esta experiencia. Me ha hecho crecer como persona y me ha dado la fuerza para seguir explorando el mundo.  

¿Qué otras aventuras puedes experimentar como viajero ávido de adrenalina en Bolivia? 

En primer lugar, ya solamente por la altitud a la que se halla La Paz (3.640 m.sn.m), ya es todo un reto que respires con normalidad y sin que te dé el mal de altura. Una vez superada esta prueba, te dejo algunos retos a los que enfrentarte por el país:  
 

• Explorar el Salar de Uyuni: El Salar de Uyuni es el salar más grande del mundo con una superficie de más de 10 500 kilómetros cuadrados y un lugar mágico que ofrece paisajes surrealistas. Se puede recorrer en 4×4 o en moto. 

• Caminar por el Parque Nacional Madidi: El Parque Nacional Madidi es un tesoro de la biodiversidad mundial. En sus casi 19.000 kilómetros cuadrados, alberga una asombrosa variedad de flora y fauna, desde las montañas nevadas de los Andes hasta la selva amazónica.  Además, el parque es el hogar de comunidades indígenas que han vivido en la región durante siglos. Se puede realizar caminatas de varios días para observar animales como jaguares, osos andinos y pumas. 

• Rafting en el río Coroico: El río Coroico es un río de aguas bravas que ofrece una experiencia de rafting emocionante. El recorrido de 30 kilómetros comienza y lo puedes combinar con Canyoning con saltos, cascadas y tobogán. 

• Ascender al Nevado Sajama: El Nevado Sajama es el volcán más alto de Bolivia y una de las montañas más altas de los Andes. La ascensión es desafiante, por un el terreno variado que incluye tierra, roca y hielo glaciar. Sin embargo, la recompensa de la vista desde la cima del altiplano, merece la pena. 

3. Viajera cómoda y exquisita 

Especialmente después de un viaje largo, me gusta disfrutar de un viaje más tranquilo y lujoso, donde pueda mimarme y relajarme. Considero que, para ello, un período de entre 3 y 6 días es el ideal. 
 
Mi intención es encontrar destinos con playas paradisíacas, spas rejuvenecedores y resorts todo incluido. En consecuencia, rebajo el ritmo, sin prisas ni estrés y de esta manera, puedo deleitarme con comida deliciosa, masajes relajantes y actividades recreativas. 
 
De hecho, mi objetivo principal es re conectar conmigo misma y recargar energías en un entorno tranquilo y sereno. El destino que viene a mi mente y que recuerdo con nostalgia es Sharm el-Sheikh (Mar Rojo) en Egipto.  

Me dediqué a practicar snorkel y disfruté de los corales más variados y espectaculares, así como de los peces más bonitos y coloridos. 

Tengo que decir que con anterioridad había practicado snorkel en las islas Gili (Bali, Indonesia) y el listón quedó muy alto, pero Sharm el-Sheikh superó mis expectativas. 

 
En esta ocasión me alojé en el Jazz Fanara Resort en régimen de todo incluido, con playa privada en Ras Um El Sid, una de las mejores para practicar snorkel y ver corales.  

Realicé actividades que me reconciliaron con el mundo, sobre todo ver los corales.  Por si fuera poco, lo completé con un par de excursiones en barco para explorar la costa, visitando el parque nacional Ras Mohamed y la Isla Blanca.   

Además, me di el capricho de mimarme con unos tratamientos de spa, mi momento de relax absoluto. 

Otras playas cercanas del Mar Rojo para hacer snorkel y buceo:   

• Na’ama Bay: Na’ama Bay es una de las zonas más turísticas de Sharm el- Sheikh. Tiene una amplia gama de playas, restaurantes y tiendas. 
• Shark Bay: Shark Bay es una zona más tranquila y relajada. 
• Reef Beach y playa Gardens Bay entre otras. 

Actividades para completar tu viaje cómodo y exquisito: 

• Visitar un mercado local: Los mercados locales son un buen lugar para comprar recuerdos y artículos típicos de la zona. 

• Ir de compras a Old Market para comprar productos locales y entrar en la mezquita de Al-Sahaba, original por su arquitectura contemporánea. 

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4 – Viajera lujosa y extravagante 

¿A quién no le gusta disfrutar del lujo y la máxima comodidad durante sus viajes? Si bien esta no es mi forma habitual de viajar, en ocasiones me permito ciertos caprichos, como alojarme en el «mejor» hotel de la zona o disfrutar de experiencias VIP, todo con el fin de vivir momentos únicos y sofisticados. 

Recordando mi experiencia en Bali, puedo decir que se ajustó perfectamente en este estilo de viaje. Además de visitar las atracciones turísticas tradicionales, busqué algo que me hiciera sentir como si estuviera viviendo un sueño.  

No tuve que indagar mucho para encontrar lujosas comodidades, ya que Bali es un destino que ofrece una amplia gama de opciones. 

Especialmente en Ubud, pude disfrutar de un relajante masaje en el spa DaLa. También me concedí el lujo de cenar en un exclusivo restaurante de alta cocina en el restaurante Kubu, en el hotel Ritz Mandapa. La verdad es que ls oferta gastronómica en Bali es muy variada y la cocina local es exquisita. 
 
En cuanto al alojamiento, aunque fue por un breve periodo de tiempo, disfruté al máximo en el hotel Oberoi, de cinco estrellas. Allí pude hospedarme en villas privadas con piscina, spa e incluso un campo de golf. ¡sin palabras! 

Actividades de lujo que se pueden disfrutar en Bali:  

• Un retiro de yoga de lujo: Bali es un destino popular para el yoga, y hay muchos retiros de lujo que ofrecen clases, alojamiento y comidas de alta calidad. El retiro Zen Resort Bali es un buen ejemplo de ello. 

• Una excursión privada a las islas Nusa: Las islas Nusa son un grupo de islas pequeñas ubicadas frente a la costa de Bali. Son un destino popular para las excursiones de un día, y ofrecen playas de arena blanca, aguas cristalinas y un ambiente tranquilo. 

• Un crucero en yate de lujo: Un crucero en yate es una excelente manera de explorar la costa de Bali y disfrutar de las vistas desde el agua. 

¿Qué fue lo que aprendí de esta experiencia? Que es muy fácil acostumbrarse a los lujos, pero que se disfrutan mucho más cuando te los has ganado con esfuerzo. 

5. Viajera Cultural 

Una de las formas de viaje que más disfruto es como una viajera en busca de cultura y conocimiento. Me encanta sumergirme en la historia y la cultura de los destinos que visito.  

Para mí, los viajes son oportunidades para aprender sobre las tradiciones, la historia, la gastronomía y el estilo de vida del lugar. Por eso, explorar museos, galerías de arte, sitios arqueológicos y festivales tradicionales están entre mis prioridades. 

Valoro especialmente la autenticidad y me encanta interactuar con las personas locales, para aprender sobre sus costumbres, tradiciones y formas de vida.  La gastronomía tradicional también merece una mención aparte, ya que los platos típicos suelen ser una muestra de su estilo de vida. 

Dicho esto, cuando visité Corea del Sur y en concreto Busan, quedé totalmente enamorada y fascinada por su cultura, su gente, comida e historia. Es innegable que Busan está impregnada de cultura en cada rincón. 

La ciudad ofrece una amplia variedad de atracciones culturales, desde templos budistas hasta antiguos palacios, museos y galerías de arte.  Explorar estos lugares me permitió sumergirme en la riqueza cultural del destino y aprender más sobre su historia y tradiciones.  

Estas son algunas de las actividades de Busan imprescindibles si te enfocas en la cultura:  

• Visitar el templo Beomeosa uno de los templos budistas más antiguos de Corea del Sur. Aprendes sobre la historia y la cultura del budismo en Corea del Sur. Además, te da la oportunidad de pasar un día con ellos (Temple Stay). 

• Visitar el templo Haedong Younggungsa (templo del mar). Situado a orillas del mar, en un enclave privilegiado. 

• Conocer alguna de las Galerías de Arte de Busan, por ejemplo: Gallery Mare ubicada en el Hotel Paradise. 

• Recorrer el distrito de Gamcheon Culture Village, un barrio colorido y vibrante conocido por su arte callejero. 

• Asistir a un concierto de K-pop en un estadio de Busan. 

• Comprar en un mercado tradicional de Busan, como el mercado de Jagalchi o el mercado de Nampo.  

• Disfrutar de un café en alguna de sus cafeterias originales, por ejemplo: Jeonpo Café Street o Magnate. 

• Comprar en los bulliciosos mercados nocturnos de Bupyeong y Gukje entre otros.   

Lo creas o no, entre las actividades favoritas de los coreanos se encuentra ir de compras, por lo que hay tiendas de todos los estilos, y mercados diurnos y nocturnos, donde también puedes degustar su deliciosa comida callejera. 

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6. Viajera en busca del contacto con la naturaleza 

Como entusiasta de la naturaleza, en mis viajes busco experiencias que me permitan conectar con el mundo natural y apreciar su belleza en lugares hermosos y puros. Y también, actividades enfocadas a experimentar la naturaleza de forma activa, como el senderismo, el kayak o el camping. 
Asimismo, me interesa aprender sobre la flora y la fauna locales, así como el impacto del ser humano en el medio ambiente. 
 
En Islandia disfruté de una experiencia inigualable, ya que pude sumergirme en la naturaleza en su estado puro y extasiarme ante su grandiosidad.  Fue aquí donde tuve la oportunidad de ver glaciares, géiseres y cascadas imponentes por primera vez. 

Durante mi viaje por Islandia, me he encontrado con una sucesión de maravillas naturales que me han dejado sin aliento. He sido visto lagos glaciares adornados con icebergs, geysers que lanzan agua hirviendo al aire, calderas volcánicas humeantes, volcanes activos, aguas termales burbujeantes y cascadas impresionantes. 

Todos estos fenómenos, fruto de la actividad volcánica y glaciar de la isla, hacen de Islandia un espectáculo natural único en el mundo. 

Y, por supuesto, dependiendo de la época del año, se suman a todas las maravillas mencionadas la contemplación de la hipnótica danza de las auroras boreales y las fascinantes formaciones de hielo en la laguna glaciar de Jökulsárlón.  

Además, puede ser que tengas la suerte de presenciar la erupción de un volcán en actividad, como la reciente irrupción del volcán Litli-Hrútur en el área de Fagradalsfjall. 

A 100 kilómetros de Reikiavik, se encuentra el Círculo Dorado, una ruta turística de 300 kilómetros que recibe su nombre por la belleza natural de sus tres principales atracciones: Geysir, Gullfoss y Þingvellir. 

Me quedé impresionada con la exploración de estos lugares, que ofrecen una visión única de la naturaleza islandesa. Geysir, el géiser más activo de Europa, es una maravilla de la naturaleza que lanza columnas de agua caliente a alturas de hasta 70 metros.  

Gullfoss, una cascada de dos niveles de 32 metros de altura, es una de las más impresionantes de Islandia.  

Y Þingvellir, un parque nacional declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un lugar de gran importancia histórica y geológica. Aquí caminé por la grieta Almannagjá. Estas enormes paredes naturales me hicieron sentir como si estuviera caminando por el fondo del mar. 

Recorrí la isla en un circuito completo, y pude comprobar de primera mano que la isla alberga una masa de hielo impresionante. 

En el sur, me aventuré por una de las lenguas glaciares de uno de los glaciares más espectaculares, el Vatnajökull, y también el más extenso de Europa. 

Disfruté de una caminata guiada por estos majestuosos gigantes con crampones e incluso nos dieron un martillo para romper el hielo.  

Mención aparte merecen sus cascadas que cuentan también con su correspondiente leyenda. Las más conocidas te dejarán sin palabras: Además de Goddafoss que ya he mencionado, Dynjandifoss, Dettifoss y Svartifoss,entre otras. 

¿Y qué decir de las aguas termales? Islandia es conocida por sus numerosas piscinas termales naturales, como la famosa Blue Lagoon. Nadar en estas aguas cristalinas, cálidas y ricas en minerales, mientras afuera hace frío, es una experiencia única que combina la belleza natural con el clima extremo. 

En el oeste el famoso ‘volcán de Julio Verne’, en el norte la actividad volcánica junto al lago Mývatn y en el este perdernos por los acantilados más desconocidos. 

Además, pude contemplar la variada fauna islandesa, su raza única de caballos, sus queridos frailecillos considerados un icono del país, focas entre icebergs en el lago Jokulsárlón, ballenas en el norte y multitud de especies de aves en sus acantilados. 

Consideraciones: 

Este viaje me ha hecho reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. La naturaleza es poderosa y majestuosa. Los géiseres, las cascadas y los glaciares son ejemplos de ello. Sin embargo, la naturaleza es frágil: los géiseres pueden desaparecer si la gente tira monedas en ellos, los glaciares se están derritiendo debido al cambio climático. 

Dependemos de la naturaleza para sobrevivir.  Es importante que todos asumamos nuestra responsabilidad en la protección del medio ambiente y actuemos de inmediato para prevenir un mayor deterioro de la naturaleza. 

7. Viajera “Foodie” 

Descubrir la gastronomía, es una de mis pasiones al viajar, ya que considero que la comida es una parte integral de la cultura de un lugar. En cada país que visito, me intereso especialmente por sumergirme en su gastronomía. 

Disfruto explorando los platos típicos, recorriendo mercados locales y visitando restaurantes recomendados.  Italia, en particular, es un destino que destaca por su comida.  

La pizza cocinada en horno de leña, la pasta en todas sus variantes con exquisitas salsas y el risotto son algunos de los platos que me encantan de la cocina italiana. Si estás leyendo esto con hambre, prepárate para que se te haga la boca agua. 

En general, la cocina italiana se caracteriza por su uso de ingredientes frescos y de temporada. Debido a su larga costa, el pescado y el marisco son ingredientes comunes en la gastronomía italiana. Algunos platos típicos son el risotto di mare, la pasta alla vongole y el carpaccio di pesce spada.  

Y también cuenta con una gran variedad de postres deliciosos. Algunos de los más populares son el tiramisú, el cannoli y el panna cotta. Estos postres suelen estar elaborados con ingredientes frescos y naturales, como frutas, chocolate y frutos secos. 

Como viajera amante de la comida, no me olvido del vino y el aceite de oliva. Por ejemplo, el vino italiano es uno de los más famosos del mundo. Algunos de los vinos italianos más conocidos son el Chianti, el Barolo y el Brunello di Montalcino. 

Por otro lado, cada región de Italia tiene sus propios platos típicos, que reflejan la cultura y los ingredientes locales. Así, por ejemplo, tan solo por nombrar algunas: 

En Florencia, la capital de la Toscana, puedes disfrutar de platos tradicionales como la bistecca alla fiorentina, un bistec de ternera, la ribollita, una sopa contundente de verduras y legumbres, o el lampredotto, un plato curioso de tripa de ternera. 

En Roma, la capital de Italia, los platos típicos incluyen la pasta alla gricia, un plato sencillo de pasta con panceta, queso pecorino y pimienta negra, la carbonara, un plato contundente de pasta con panceta, queso pecorino, huevos y pimienta negra, o la pizza al taglio, una pizza que se puede comprar por porciones. 

En Milán, la capital de la Lombardía, puedes degustar platos como el risotto alla milanese, un plato elaborado con azafrán, el cotoletta alla milanese, el clásico escalope de ternera empanado y frito, o la pasta alla puttanesca, un plato picante de pasta con anchoas, aceitunas, alcaparras y pimiento. 

Para disfrutar de la auténtica cocina italiana, es importante visitar cada una de las regiones del país y probar sus platos típicos. 

8. Viajera enfocada en el aprendizaje y crecimiento personal 

A veces no hace falta salir lejos de casa para encontrar retos y experiencias gratificantes que te permitan crecer como persona. 

En mi caso, hacer el Camino de Santiago ha supuesto una experiencia transformadora. Lo hice sola en cuatro etapas, durante los años 2020 a 2023. Elegí el Camino Francés y tengo que decir que me ha encantado, tanto por sus paisajes como por la experiencia en sí misma. 

Recorrer kilómetros bajo la lluvia o un sol abrasador ha sido un reto que me ha permitido superar mis límites, y me ha llevado a descubrir cosas nuevas sobre mí misma. 

Mientras caminaba de 4 a 5 horas diarias he tenido tiempo para pensar en mi vida. He reflexionado sobre mis objetivos, valores y relaciones personales y conectado con mi lado más espiritual. 

Por otro lado, he tenido la oportunidad de conocer personas entrañables, y por supuesto, he visitado lugares históricos en los que no había estado y he aprendido sobre la historia y cultura de España. 

Algunos de lugares que me han llamado la atención:  

• Burguete. En este pueblo navarro sus casas de piedra y sus ventanas de colores crean un paisaje pintoresco. Algunas de estas casas tienen más de 200 años de antigüedad. 

• La ermita de Santa María de Eunate, un lugar de peregrinación y espiritualidad. Es románica, de planta octogonal y está relacionada con los templarios. 

• Puente de la Reina es un municipio navarro situado a orillas del río Arga. Su principal monumento es el puente medieval, que da nombre al municipio. Fue construido en el siglo XI para facilitar el paso de los peregrinos y hoy en día aún se utiliza para este fin. 

• Fuente del Vino. Esta fuente situada en las Bodegas Irache, en Navarra, es una de las atracciones turísticas más populares del Camino de Santiago.  Los peregrinos pueden beber vino gratis de la fuente. 

• Santo Domingo de la Calzada. Esta ciudad riojana es conocida por su puente medieval, que es otro de los puntos más importantes del Camino de Santiago. También es famosa por su leyenda del gallo y la gallina, que está representada en una estatua situada en la plaza principal de la ciudad. 

• Ruinas del Convento de San Antón. Estas ruinas se encuentran en el municipio burgalés de Castrojeriz.  El convento fue fundado en el siglo XIII y fue destruido durante la Guerra de la Independencia. 

• O Cebreiro. Dada su ubicación, en la cima de una montaña, ofrece unas vistas impresionantes de los alrededores. También me gustaron sus casas de piedra con sus tejados de pizarra. 

Reflexiones: 

Hacer el Camino me ha proporcionado muchas enseñanzas, más de las que hubiera imaginado. Me ha mostrado que soy más fuerte de lo que creía y que puedo lograr cualquier cosa que me proponga. 

He aprendido a ser más disciplinada, a tener más paciencia y a confiar en mí misma. 

Ahora, tienes que saber que el Camino de Santiago, ¡engancha! Cuando lo has probado quieres repetir. Si estás buscando una experiencia que te ayude a crecer como persona, te recomiendo que hagas alguno de los Caminos. 

8 enfoques de viaje: mis consideraciones 

En definitiva, a través de estas maneras de viajar, he aprendido a ser más tolerante, a comprender a los demás y a abrir mi mente a nuevas experiencias. Los viajes me han otorgado una nueva perspectiva de la vida y me han enseñado a valorar cosas que a menudo damos por sentadas. 

En conclusión, los viajes han tenido un impacto muy positivo en mi vida y me han hecho sentir más feliz y agradecida.