Un viaje sin café… ¿una forma de tortura?
✍️ Ana & Iñaki ⎮ Fotografiando viajes
Algunos pensareis al leer este título que solo un adicto puede considerar una tortura el viajar sin tomar un buen café. Pues sí, vamos a reconocerlo desde el principio, somos adictos al café y lo llevamos con orgullo.
Un buen café es una de las bebidas más deliciosas, adictivas y gratificantes que existen. Para colmo, cada vez más estudios clínicos han demostrado los beneficios para la salud de tomar café.
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¿Y qué ocurre cuando un adicto como nosotros se marcha de viaje al extranjero durante más de un mes sin perspectivas de poder dar rienda suelta a su adicción? Y que conste que el café en España suele ser pésimo ya que se usa café torrefacto que altera el buen sabor del verdadero café. Aunque es cierto que en los últimos años algo está cambiando en la cultura cafetera española… ¡¡ muerte al torrefacto!!
¿Se puede estar un mes sin tomar un buen café?
Por supuesto, en la vida es posible acostumbrarse a casi cualquier cosa…pero es difícil.
La sola idea de que pasen los días y solo dispongas en el desayuno de un brebaje negro, marrón o a veces incluso verde parduzco que osan llamar café hace que por unos momentos (solo unos segundos) uno se arrepienta de abandonar el dulce hogar y la magnífica cafetera que tiene un lugar de honor en la cocina y que dejamos abandonada.
¿Hay algo que un viajero pueda hacer para paliar el ansia de café en un viaje?
Solo se nos ocurren dos cosas que viajeros como nosotros puedan hacer antes de sentir los temblores por la falta de cafeína…
La primera localizar en libros de viaje, blogs o cualquier otro medio de información locales que sirvan espresso (aunque para ello haya que recorrer algunos kilómetros de más).
Y la segunda, que hemos descubierto hace poco, llevar una cafetera portátil que hace un café delicioso y que apenas ocupa espacio en la maleta. Suena muy friki pero después de haberla probado en nuestro reciente viaja a Sri Lanka, ya no podremos vivir sin ella. Para hacer una taza de café solo necesitarás agua caliente, un buen café de origen molido para filtro y la imprescindible cafetera por la que ya sentimos un amor incondicional.
Si piensas que es demasiado material para llevar en la mochila o maleta es que no eres un adicto al café…no pasa nada, no se puede ser perfecto.
¿Cuáles han sido nuestros mejores y peores viajes en materia cafetera?
El país que más nos ha sorprendido: Corea del Sur
Es difícil imaginar que en algún de Asia sea tan fácil encontrar buen café casi en cada esquina. Lo habitual es pensar que toda Asia toma té…pero no. Además de encontrar un país maravilloso, con unos paisajes verdes sorprendentes, Corea del Sur fue un placer para nuestros sentidos cafeteros.
El mejor país del mundo para los que amamos el buen café: Italia
Da igual donde vayas, da igual en qué lugar pidas un café, da igual si es norte o sur…en Italia el café es bueno siempre (o casi siempre). Hemos tomado buen café hasta en estancos…increíble.
Un país maravilloso pero que fue una tortura en términos cafeteros: Tíbet
Tíbet es uno de los destinos más espectaculares que existen y era uno de nuestros destinos soñados desde siempre. Viajar al Tíbet fue una experiencia que no podremos olvidar nunca…pero lo que tampoco podremos olvidar nunca es que pasamos 28 días sin tomar café. Una auténtica tortura que, por suerte, se compensó con vivencias fascinantes.
Durante nuestra ruta por Tíbet tuvimos que cambiar el café por esa bebida hecha con mantequilla de yak y té y que los tibetanos ofrecen como si fuera un manjar. Nunca olvidaremos el momento en el que llegamos a la cocina de unos monjes tibetanos que vivían en las cuevas de Chimpu cerca de Samye. Allí nos ofrecieron el té de mantequilla con todos los honores fijándose bien en que nunca se vaciara nuestra taza…si bebíamos un sorbo lo volvían a reponer, como muestra de hospitalidad en un círculo infinito difícil de romper.
Y para terminar, una anécdota viajera con café incluido
Indonesia produce un magnífico café, aunque no en todos los sitios es posible encontrar una buena taza de café. Durante nuestro viaje por Indonesia tuvimos de todo, pero donde vivimos la experiencia más aterradora fue en Rantepao, en la isla de Sulawesi.
Estábamos tomando un café delicioso y bien preparado en un lugar muy agradable… ¿qué podía salir mal? En cuanto tomamos el primer sorbo notamos que las cosas empezaban a moverse. Las primeras décimas de segundo no sabíamos que pasaba…estaba bueno el café, pero nos parecía demasiado como para ser el éxtasis producido por tan celestial bebida. Hasta que alguien gritó y todos salieron corriendo hacia la calle…era un pequeño terremoto. Una vez pasado el susto y todavía con los nervios a flor de piel, entramos de nuevo en el local donde nos esperaba nuestro café, todavía a la temperatura perfecta para disfrutar plenamente de esta bebida de dioses…ahora ya sin movimientos extraños.