Diez lugares imprescindibles que tienes que visitar en Perú

✍️ Carlos Marín ⎮ Diario de andar

Si tienes la gran fortuna de hacer un viaje a Perú a continuación te dejo diez lugares que no puedes dejar de visitar cuando vayas allí.

Lógicamente que hay muchos más, Perú es un país impresionante, pero estos diez son imperdibles. De norte a sur y de este a oeste puedes recorrer ese gran país sudamericano que hace frontera con Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia y Chile. Y tiene frente a si un inmenso océano Pacífico. Llegar a Lima desde Madrid puedes hacerlo en un vuelo directo que tarda entre 11 y 12 horas. Una vez allí, a disfrutar.

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Diez lugares imprescindibles que tienes que visitar en Perú

MACHUPICCHU

Sin duda alguna, el primer objetivo nada más llegar a Perú debe ser la ciudadela inca de Machupicchu. Una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La entrada se abre a las 6:00 a.m., por lo que tendrás que madrugar si no quieres coger las aglomeraciones de gente que suele haber a media mañana. Y ver salir el sol en Machupicchu es una experiencia inenarrable. Desde Aguas Calientes, todavía sin que haya salido el sol, puedes subir en autobús a la ciudadela.

Muchas curvas antes de entrar y contemplar con asombro la increíble construcción. Una vez en el complejo, disfrutarás de un recorrido espectacular, visitando las partes más importantes: casas, templos, terrazas, campos de cultivo, entre otros. Realmente, quedas asombrado por el ingenio de los incas para la construcción de este recinto, ingenio que a día de hoy todavía sigue siendo un misterio. En la antigua cultura inca, no existían herramientas modernas como el hierro o el acero para trabajar. Y eso hace que todo el mundo se pregunte cómo pudieron cortar esa piedra con tal exactitud.

Teorías de todo tipo se han escuchado, hasta que se contó con tecnología extraterrestre. El caso es que permanecer en Machupicchu toda la mañana se te hará muy corto y cuando salgas de allí te irás con la idea de haber estado un un lugar asombroso.

CUSCO

La capital del imperio inca. Una ciudad que no puedes dejar de visitar. La mejor manera de conocerla es disfrutar de ella durante un día entero. A mí me encantó madrugar para dar un paseo por esta histórica ciudad, de más de 400.000 habitantes y que tiene vuelos directos con Lima, la capital del país.

Así que, por la mañana, coge tu mochila pequeña y explora a pie la hermosa ciudad de Cusco. Puedes empezar visitando el templo de Qorikancha, dedicado al Dios Sol, cuyas paredes interiores se dice que estaban cubiertas con oro sólido.

A continuación dirige tus pasos a la plaza de Armas y visita la catedral y la iglesia de la Compañía de Jesús. En el centro de la plaza está el famoso Monumento al Inca, que no es Manco Cápac ni Pachacútec, sino que es la representación simbólica de la cultura incaica.

Si te gusta caminar y estás en forma, puedes subir al mirador de la plaza de san Cristóbal. Allí disfrutarás de unas impresionantes vistas panorámicas de esta ciudad. Y justo encima de este mirador, a unos 40 minutos andando al norte del centro histórico, se encuentran las ruinas de la fortaleza Sacsayhuamán. Un complejo que se empezó a construir en el siglo XV por orden de Pachacútec, uno de los incas más importantes que tuvo el Imperio.

Como curiosidad, en una de las calles que salen de la plaza de Armas, la calle Hatunrumiyoc, está la Piedra de los 12 ángulos, famosa por su gran acabado y bordeado de sus doce ángulos. Al finalizar el recorrido, podrás disfrutar de la ciudad, sus tiendas de artesanías, restaurantes y museos.

MARAS

A mitad de camino entre Cusco y Machupicchu, y a una altitud de 3.300 metros, encontramos las salineras de Maras. Un lugar del que se tiene constancia desde el año 800 a.C. Allí se cosecha una de las sales más preciadas del mundo, la sal rosa de Maras.

Pero lo que llama la atención de ese lugar no es la calidad de sus sales, que también, sino que está ubicado a casi 400 kilómetros del mar. Entonces, ¿de dónde procede esa maravillosa sal que se exporta a todo el mundo? El agua salada procede de varias fuentes subterráneas que alimentan más de 4 mil pozas.

Estas pozas no miden más de 5 centímetros de alto. Esto permite la evaporación rápida del agua y el constante recojo de la sal en épocas sin lluvia. Las pozas son de propiedad de las familias de la comunidad y se han heredado de generación en generación.

Cada una de ellas puede producir entre 200 y 300 kilos de sal al mes. Hay que decir que la imagen del salar desde los miradores habilitados para los turistas es espectacular. No puedes creerte que unas salinas puedan ubicarse entre las montañas.

Siempre había tenido la certeza de que las grandes producciones de sal del planeta se realizaban al lado del mar. Craso error. Una vez que has hecho la vista a este curioso lugar puedes acercarte al yacimiento arqueológico de Moray, que apenas dista 15 kilómetros de Maras.

MONTAÑA DE LOS SIETE COLORES

Un lugar totalmente desconocido hace algunos años y que gracias a las redes sociales, sobre todo Instagram, se hizo muy popular es Vinicunca, más conocida como la montaña de los Siete Colores.

Está a 100 kilómetros de Cusco y se tarda en llegar al aparcamiento donde se inicia la subida, unas tres o cuatro horas. En dirección sureste tenemos que llegar a la localidad de Cusipata y desde allí, por carreteras de montaña, llegar al parking donde se inicia el sendero.

Porque a Vinicunca hay que llegar andando. Al llegar a la base, donde se dejan todos los vehículos, estamos ya a unos 4.500 metros de altitud. Allí comienza la caminata. Y, mucho cuidado, estamos a una gran altitud y podemos tener el mal de altura, llamado soroche.

Tengo que decir que yo no sentí ninguna molestia, más allá de la fatiga por la falta de oxígeno en los pulmones. Pero hay gente que se ha mareado, incluso vomitado, por la altitud. Y finalmente hacen la subida a lomo de caballos o mulas. Este trekking, que dura unas 2-3 horas, tiene un recorrido prácticamente llano y algunas pendientes.

Para llegar al final a alcanzar los 5.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Una vez allí, en el collado de Vinicunca, se disfruta de una vista espectacular de la montaña, y tienes que ponerle mucha imaginación (o mucho retoque en Photoshop) para ver los siete colores.

Aún así, la excursión merece la pena. Estás en plena cordillera de los Andes, con unas impresionantes vistas del Nevado Ausangate ((6.384 metros), que es la cima más alta de la provincia del Cusco. Además, tienes la opción, siempre que dispongas de tiempo, de subir al Red Valley, una curiosa formación también en la cordillera de la montaña de los Siete Colores.

De todas formas, solamente con llegar a Vinicunca, habrás realizado una proeza y podrás presumir de haber hecho tu primer cinco mil.

LAGUNA HUMANTAY

Seguimos en la cordillera de los Andes, pero ahora en otra dirección. En este caso nos dirigimos al oeste de Cusco, a más de 100 kilómetros.

Otro lugar para gente intrépida y amante del senderismo de montaña. Vamos a estar muy cerca del tan deseado Machupicchu. Pero al lado contrario de una de las montañas que lo cobijan.

Esta excursión desde la capital del imperio inca va a ser más larga y mas pesada, pero la caminata será más corta. El vehículo, después de más de cuatro horas, nos deja en Soraypampa, a pocos metros del inicio de la subida.

Allí, de nuevo, hemos de ser conscientes de la altitud a la que nos encontramos. Es imprescindible una preparación física aceptable y no sufrir de mal de altura, el llamado soroche. Los guías te ofrecerán hojas de coca para mitigarlo o si no estás bien, caballos o mulas para subir.

El viaje de ida y vuelta dura unas dos horas y media a lo largo de 3 kilómetros. La distancia puede parecer corta, pero, debido a su gran altitud, es posible que te canses. Es necesario que vayas despacio y hagas las paradas que consideres necesarias. No hay prisa.

Cuando llegas al final de la caminata estás a una altitud de 4.200 metros y tienes una vista maravillosa de la laguna Humantay y los glaciares que la alimentan. Una de las lagunas más bonitas del continente sudamericano. Allí tienes tiempo de sobra para recuperar el aliento, disfrutar de un fantástico paisaje y contemplar sus aguas turquesas en contraste con el fondo del nevado, la montaña Humantay (5.910 metros). Las vistas aquí son realmente como algo del país de los sueños.

El regreso es cómodo, más después de haber disfrutado de una de las vistas más grandiosas que puedes contemplar en Perú.

LAGO TITICACA

Uno de los lugares más curiosos que debes visitar si vas a Perú, sin duda alguna, es el lago Titicaca. Por muchas razones. En primer lugar, porque es el lago navegable más alto del planeta, está ubicado a 3.800 metros de altitud. Segundo, porque es la cuna de la civilización inca.

Y, en tercer lugar, porque allí habita una de las culturas más antiguas del altiplano peruano: los Uros. Llegar al lago Titicaca es sencillo. Puedes hacerlo desde Cusco o desde Arequipa, en vuelos hasta Juliaca. Una vez allí te trasladas a la cercana localidad de Puno, a orillas del mítico lago.

Y desde Puno tienes un lugar al que debes ir impepinablemente: las islas flotantes de los Uros. Si, he escrito flotantes. Las islas de los Uros son islas que están hechas por sus propios habitantes, con una planta parecida al junco que se llama totora.

Tanto las islas como sus casas y sus embarcaciones están fabricadas con esa planta. Os recomiendo pasar una noche por lo menos en una de ellas, donde comprobareis lo difícil que es vivir allí toda una vida. Aunque os iréis encantados con la amabilidad y el buen trato recibido por sus habitantes.

Desde Puno, además de poder visitar estas islas, también se puede ir a otras dos que son especialmente bellas. Son la isla de Taquile y la isla de Amantaní. En ambas puedes alojarte con alguna de las familias que las habitan. A las dos se llega en una bonita excursión navegando por el lago Titicaca, y tendrás la posibilidad de divisar a lo lejos las montañas nevadas de Bolivia.

CAÑÓN DEL COLCA

Al oeste de Puno, en dirección al océano Pacífico, se abre una brecha en la tierra de más de 4 kilómetros de profundidad y 200 kilómetros de longitud. Una herida abierta en el corazón de este país que tiene como vigía del lugar a uno de las aves más grandes del planeta: el cóndor.

Un ave que sobrevuela esta zona y que es un atractivo más para que visites el cañón del que estoy hablando: el cañón del Colca. Pero a este lugar no se puede venir y verlo simplemente desde arriba. Hay que adentrarse en sus entrañas.

Os recomiendo que realicéis el trekking de dos días, desde Cabanaconde hasta el oasis de Sangalle y subida de nuevo a Cabanaconde. Un recorrido circular de 17 kilómetros que te lleva dos jornadas. En la primera, de unos 12 kilómetros, sales del mirador de san Miguel y después de dos horas y media de descenso llegas al puente que cruza el río Colca.

Han sido siete kilómetros espectaculares de una bajada increíble. Dejamos atrás el río y ascendemos una pequeña ladera para llegar a la aldea de san Juan de Chuccho. Allí hacemos un descanso más largo y tenemos tiempo para comer, disfrutando de la belleza de las montañas.

En otros cinco kilómetros, y pasando por las aldeas de Cosnihua y Malata, se llega al oasis de Sangalle. Un auténtico paraíso en lo más profundo del cañón. Situado al borde del río Colca, y entre palmeras y piscinas naturales, tenemos algunos campamentos y alojamientos donde podemos pasar la noche.

En la segunda jornada, de apenas 5 kilómetros, hay que hacer una subida espectacular hasta Cabanaconde, con un desnivel de 1.200 metros. Normalmente se sale a las cinco de la madrugada para llegar a lo más alto antes de las nueve de la mañana y ya desayunar en el pueblo mencionado anteriormente.

La subida se realiza por un sendero bien marcado con un zigzag continuo. Cuando consigues llegar al mirador que hay en la cima, puedes celebrar por todo lo alto que has sido capaz de bajar y subir por uno de los cañones más profundos del planeta.

NAZCA

Perú tiene muchos misterios por desvelar. Y uno de ellos, sin duda alguna, son las famosas líneas de Nazca. Esas líneas son unos gigantescos geoglifos (figuras dibujadas en laderas de cerros o en planicies) que representan distintas figuras geométricas y dibujos de animales o personas.

Famosas en el mundo entero son las imágenes del astronauta, del pelícano, del mono, del colibrí o del cóndor.

Estas figuras fueron trazadas por los pobladores de la cultura Nazca entre el 200 a. C. y el 600 d. C. Y después de muchas investigaciones todavía no se sabe a ciencia cierta para qué las hicieron. Distintas teorías han aumentado la leyenda de las líneas de Nazca.

Desde que eran centros de adoración, hasta que se trataba de un calendario gigantesco, pasando porque eran señales para aterrizaje de naves extraterrestres.

El caso es que el misterio siempre ha rodeado toda la zona de esta comarca. Por eso pienso que este lugar es otro de los que no te puedes perder si vienes a Perú.

Eso sí, la mejor manera de disfrutarlo es desde el aire. Por lo que deberás hacer una excursión en avioneta, desde la misma localidad de Nazca o desde Ica. Para llegar aquí puedes hacerlo desde varios puntos. Si vienes de Puno, pasarás por la bella ciudad de Arequipa, en dirección a la capital del Perú.

Si estás en Lima o en Ica, desde sus aeropuertos también puedes acercarte a este lugar. En el aeródromo hay un montón de empresas que te ofrecen el vuelo, pero te recomiendo que la reserves con antelación, porque es una visita muy demandada por los turistas.

Un vuelo de media hora aproximadamente en el que podrás observar gran número de figuras desde el aire, descubriendo uno de los mayores enigmas de la arqueología.

OASIS DE HUACACHINA

Al lado de la ciudad de Ica, al sur de Lima, se encuentra uno de los desiertos más antiguos del mundo y que probablemente haya sido muy seco desde hace 15 millones de años.

Un desierto que tiene una superficie de más de 20.000 km2 y que desde Ica hasta el océano Pacífico tiene una distancia de 55 kilómetros. Y en el desierto de Ica, como en todos los desiertos, existe un oasis de fama mundial. Un oasis al que tienes que venir si visitas este país.

Es el oasis de Huacachina. Y como muchos lugares del mundo de gran belleza, tampoco este está exento de una leyenda, incluso dos. La segunda de las leyendas, y la más corta para contar en esta pequeña muestra de los 10 lugares imprescindibles que tienes que visitar en Perú, nos dice que esta laguna nació de las lágrimas derramadas por una princesa que perdió a su amado.

Una mujer que de tanto llorar creó este fabuloso lugar. De esta leyenda viene el nombre de Huacachina, que en quechua significa “mujer que llora”. Leyendas aparte tengo que decir que este oasis es una auténtica maravilla de la naturaleza. Un lugar en el que puedes pasar unos días relajado después de tanta aventura por tierras peruanas.

Aquí tienes un montón de alojamientos que, debido a la fama mundial del oasis, están un poco elevados de precio. También puedes realizar distintas actividades que te organizan multitud de agencias y guías turísticas que encuentras por la zona.

Desde paseos por las dunas, hasta surfear por las mismas o recorrer el desierto de Ica en buggy. Esto, sin duda, ha convertido a un lugar que debería ser paradisíaco en un destino demasiado turístico, con lo que eso conlleva. A pesar de todo, sigue conservando su belleza y atractivo, y el atardecer en Huacachina es simplemente increíble.

ISLAS BALLESTAS

A 260 kilómetros de Lima, la capital del Perú, yendo por la autopista Panamericana, llegamos a la península de Paracas. Allí tenemos dos lugares impresionantes para poder visitar.

Son la Reserva Nacional de Paracas y las islas Ballestas. Dos pequeñas localidades son el punto de partida para la visita a las islas: Paracas y Pisco. Desde cualquiera de las dos puedes contratar la excursión que te llevará a este emblemático lugar de la costa peruana, quizás el más famoso de todos. Una excursión que que te llevará en grandes botes y a alta velocidad, surcando las aguas del océano Pacífico, hasta un maravilloso enclave.

Pero antes de llegar al destino, disfrutarás de una visión sorprendente. En la ladera de una gran montaña de arena, en la misma costa de la península de Paracas, se encuentra un geoglifo de grandes dimensiones, visible desde el océano hasta a 20 kilómetros de distancia.

Es el Candelabro, que mide 183 metros de largo por 60 de ancho. Una imagen que todavía a día de hoy sigue siendo un misterio. Lo dejamos atrás y los botes nos llevan a las islas. Un grupo de islotes rocosos con un buen número de fauna marina protegida. Destacando los leones marinos, los pelícanos peruanos o los pingüinos de Humboldt, además de muchas especies de aves.

Los delfines y las tortugas también frecuentan estas aguas, pero son más difíciles de ver. Ni qué decir tiene que está totalmente prohibido desembarcar en las islas, por lo que si vas con esa idea, desde ya te lo aclaro. Es una zona permanentemente protegida, siendo necesario mantener una respetuosa distancia durante la excursión.

Disfrutar de la belleza del lugar desde las embarcaciones es lo máximo que podemos hacer, y ya es mucho. Cuando terminas la visita se regresa a Paracas o Pisco, en unos 20 minutos estás en tierra firme. Allí podrás degustar la gastronomía peruana y charlar con las gentes del lugar.

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