La vida cambia. la pasión continua

La vida cambia, la pasión continua

✍️ Irene y Manuel ⎮ Mi pasaporte pide sellos

“Se os acabó el viajar” ó “dejad de mirar vuelos que ahora toca cambiar pañales” son algunas de las expresiones que hemos tenido que escuchar desde que somos padres, pero sintiéndolo por ellos, no se nos acabó eso de viajar.

Primer viaje en familia.

LA VIDA CAMBIA

Con los vuelos comprados para Egipto, las actividades planificadas y las mochilas a medio hacer, nos enteramos de que íbamos a ser ¡¡padres!!

Así que a finales del pasado año tuvimos una preciosa bebé, nuestra pequeña Mía. Y aunque con prudencia y de otro modo, hemos seguido disfrutando del placer de viajar. La aventura cambia, la pasión continua y la experiencia se multiplica.

Lógicamente, tener un bebé cambia muchos hábitos de la vida. Salir de marcha, cenar fuera, tener tiempo para uno mismo o alargar las siestas, son costumbres que han cambiado y hay que adaptarse. Es sacrificado, ¿para qué mentir? Pero lo de viajar teníamos claro que no lo íbamos a cambiar.

Quizás la clave ha estado en la mentalidad. Mucho de los límites que nos ponemos en el día a día son psicológicos y basados en suposiciones inverosímiles. Desde el primer momento quisimos ser pragmáticos y saber que si queríamos viajar no nos podíamos poner en plan dramáticos. Hay que planificar, pero también ser resolutivos y saber que en todos los lugares se crían bebés.

Disfrutando de Florencia.

No queremos un bebé cristal. Nosotros queremos una guerrera, que juegue libre, que se manche, que ande descalza, que aprenda de los demás, que no tenga estereotipos pero que también valore lo que tiene.
NUESTRA EXPERIENCIA

Por supuesto, hemos pasado de viajes que a veces parecían yincanas por el afán de conocer muchos lugares y hacer actividades, a disfrutar del viaje de manera relajada. Quizás Mía nos ha hecho más disfrutar del momento, de la maravilla que es ir sin prisas porque sabes que muchas veces surgirán inconvenientes y que todo ese montón de cosas que querías hacer y horarios que cumplir serán difíciles de llevarlo a cabo. La improvisación es casi una necesidad.

Ser madre y padre cambia el chip. Los viajes de aventuras se aplazan, pero no se renuncian. Mía crecerá y con ella vendrán esas aventuras por selvas asiáticas o safaris africanos. Pero cruzar fronteras con ella tan pequeña es un regalo que cada vez que lo pensamos nos sobrecoge de la alegría.

Pasear por Pisa de noche, tener las mejores vistas de Bratislava, comerse un potito bajo la mirada del David en Florencia, apestar un vagón de tren avergonzando a sus padres, ver ponerse el sol en una colina sobre el Cantábrico o darnos un chapuzón entre risas en el Danubio son experiencia que jamás podremos olvidar y que nos fortalecerán como personas y, sobre todo, como familia.

En nuestro caso, no hemos sido padres muy jóvenes. Ello también ha hecho que muchos viajes que queríamos vivir ya los hayamos realizado y la aventura de ser padres pueda ser aliciente para plantear otros destinos.
ALGUNOS DE NUESTROS DESTINOS

Con Mía ya hemos estado en 4 países, que creemos que nos es una cifra pequeña para tener apenas 12 meses. Pero las escapadas han sido muchas más. Os comentamos algunas de ellas y lecciones que aprendimos.

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-Mértola, Portugal

Fue nuestro primer destino en familia y no pudo ser más idónea la elección.

Con un mes, y después de todas las presentaciones familiares y sociale,s teníamos que desconectar. Mértola fue el destino que necesitábamos y nosotros sin saberlo.

Esta pequeña localidad del Alentejo portugués conocida como la Villa de los Museos es muy tranquila pero también tiene sus dosis de cultura e historia para hacerla muy interesante.

Cuenta con un entorno natural ideal para los bebés, ya que en el pueblo apenas había ruidos ni vehículos y sus alrededores son pura naturaleza. Aire puro y el sonido de los patos en el Guadiana nos han hecho querer volver a este pueblo.

Como visita más interesante en sus alrededores os recomendamos las antiguas minas de Santo Domingo y su patrimonio industrial abandonado. Es impresionante.

Así como la cascada de Pulo de Lobos, la más grande del Sur de Portugal y donde el Guadiana, antes de su desembocadura, vuelve a ser salvaje.

En esta escapada aprendimos lo importante que es una buena mochila de porteo y lo bellas que son las puertas portuguesas siempre tratadas con gusto.

-Málaga, España

Una ciudad ideal para ir con vuestro bebé. Perfectamente acondicionada, un clima suave durante todo el año, estupenda gastronomía y todo un referente en el turismo urbano actualmente.

Los monumentos son perfectamente accesibles con carro y el museo Pompidu o Picasso toda una experiencia de estímulos y sensoriales para los pequeños.

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Ruta por la Toscana, Italia

Nuestra primera experiencia aérea con la pequeña y no pudo ser mejor. Se portó excelente. Para ayudar a más viajeros con esta experiencia y consejos, realizamos un post para esos padres primerizos que no quieren parar el ritmo. Os lo compartimos: Breve guía para viajar con bebés.

Ya en Italia, el viaje no pudo ir mejor. Pero nos dimos cuenta de que los tiempos cambian y que el ritmo lo marca ella. Así que decidimos no ansiarnos con actividades planificadas y guiadas e ir más por libre y cuando se podía.

Y de los italianos e italianas siempre nos quedará el gran recuerdo del buen trato recibido por ellos, la atención que recibimos y como piropeaban a Mía en los mercados con su particular lenguaje corporal y Mía como iba disfrutando, repartiendo sonrisas.

Que amor y dulzura más puro tienen en Italia por los bebés, por ahora, como en ningún lugar.

-Viena y Bratislava, Centroeuropa

Esta fue la segunda ocasión que nos montamos en avión con Mía, viaje más largo, pero igualmente plácido.

Viena siempre es un planazo, ciudad bella como pocas y si buscas, hasta con precios moderados para disfrutar de un buen sniechetz.

En este viaje también disfrutamos de la menos famosa Bratislava, pero es una ciudad que merece su visita. Europa del Este es de esos destinos que puede ser buen momento para descubrir.

Aquí ya era más mayorcita así que visitar parques o darle más momentos de juegos en la habitación o aire libre era prioridad. Pero estos momentos nos hizo integrarnos más en la vida cotidiana de los vieneses e incluso disfrutamos de las playas del Danubio más aún sabiendo que nuestra pequeña lo gozó en grande con su baño en mitad de Centroeuropa.

La experiencia con ella en cada país o lugar es brutal dándonos geniales momentos y recuerdos irrepetibles que con el paso del tiempo valoraremos aún más y quizás también nos despierten nostalgia. Pero todo a su debido tiempo…

Con “papitis” por Viena.

-RoadTrip cántabro, España

El coche es algo difícil gestionar con un bebé, pero con paciencia e imaginación para el entretenimiento, todo se consigue.

Así transcurrió nuestro viaje por Cantabria donde renunciamos a horas de coches, incluimos más paradas y disminuimos distancias de trayectos. El Slowtravel se ha adueñado de nuestro estilo de viajes.

En Cantabria pudimos disfrutar de la vida placentera de sus pueblos (hasta nos pusimos en modo rural valorando la buena calidad de vida de los niños en estas localidades), de la llegada del otoño a sus bosques y de sobrecogernos con el sonido de la berrea del ciervo.

De Cantabria siempre recordaremos la interacción de Mía con los animales de granja, su pasión por las vacas y cabritas, los bellos atardeceres con las olas rompiendo en el Cantábrico, la solidaridad de los padres en los momentos de apuros y como el norte de España siempre es un destino ganador.

Con vistas al Cantábrico

LOS ESTEREOTIPOS

Hay personas que jamás se plantearían ser padres por no cambiar su modo de viajar, lo cual llega a convertirse en un modo de vida, y nos parece genial. Para nosotros en gran parte lo es. Es nuestra pasión y está presente en nuestras vidas diarias las ganas de coger la mochila y cambiar de aires.

Pero a veces, hemos sentido como una censura a las personas que quieren tener bebés o viajar con ellos. No por hacer algunas actividades que lógicamente no son aptas para niños,  sino por el mero hecho de que se quieren poner barreras mentales para desanimar a muchas familias a emprender viajes. Una frase recurrente de ellas ha sido “prefiero viajar a cambiar pañales”. Muy bien, ¿pero por qué elegir?

Tener un bebé no puede ser un condicionante a las pasiones, porque al final puede conllevar a las frustraciones personales y hasta el arrepentimiento de decisiones. Pero os aseguramos que viajar con bebés compensa y mucho, más de lo que se pueda imaginar.

Además, a priori, sus necesidades son fáciles de cubrir siempre y al no estar en edad escolar los límites de tiempos o destinos no lo ponen ellos sino nosotros. Prudencia, pero también mente abierta y ganas de disfrutar.

Quizás cuando sean más mayores se pueda caer más en la monotonía por las obligaciones escolares, pero pensad que también tendréis más opciones de destinos y más alternativas para su entrenamiento.

CONCLUSIONES

Los momentos que estamos viviendo son inolvidables, entrañables y los más felices de nuestras vidas. El pensar en donde ya hemos estado y soñar con nuevos destinos en familia nos hacen que se multipliquen nuestras ganas de viajar porque las formas cambian, pero la pasión y la aventura ahora se nos multiplica por tres.

Pareja hombre y mujer sonriendo con bebé
Felicidad máxima de viaje.

Y terminamos este artículo que está lleno de amor por los viajes y por nuestra bebé con un MUCHAS GRACIAS MÍA, tenemos todo un mundo para recorrer juntos y en familia. Pd: Nos debes un viaje a Egipto

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